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La próstata es una glándula pequeña que tienen los hombres, y esta atravesada por la uretra (el conducto que lleva la orina y conecta la vejiga con el pene). Por esta razón, algunos trastornos de la próstata se manifiestan en dificultades para orinar o tener relaciones sexuales.
Dentro de la próstata puede presentarse cáncer.
Es muy importante aclarar que aunque la próstata tiene un papel fundamental en la reproducción y la vida sexual, no es esencial para que el hombre pueda llevar una vida larga y plena si fuera necesario retirarla.
Con el pasar de los años es muy frecuente que aumente el tamaño de la próstata, como consecuencia de procesos benignos; esto se denomina hiperplasia prostática benigna, que no es cáncer. La hiperplasia prostática benigna es una condición frecuente que puede provocar dificultad para orinar, goteo, sensación de llenura vesical permanente y gran frecuencia urinaria, hasta obstrucción total.
El cáncer de próstata es el crecimiento maligno, puede deformar la estructura interna y externa de la glandula, salir e invadir las estructuras vecinas e incluso viajar a través de los vasos linfáticos y sanguíneos, a sitios distantes, como los ganglios y los huesos, lo que se denomina metástasis.
El crecimiento y la diseminación del cáncer de próstata dependen de la presencia de la hormona masculina (testosterona) producida por los testículos.
Cuando se diagnostica el cáncer de próstata, lo podemos encontrar en una de tres fases:
Qué tan común es el cáncer de próstata?
En Colombia el cáncer de próstata es el más común en los hombres, esta asociado con la edad se da frecuentemente entre los 60 y 79 años, y la mayoría de muertes por esta enfermedad ocurren por encima de los 70 años. No obstante, algunos casos pueden encontrarse en hombres jóvenes.
Factores de riesgo
Existen factores de riesgo que están asociados con el cáncer de próstata, unos son modificables y otros no.
– Alimentación: el consumo excesivo de carnes rojas y productos lácteos con alto contenido de grasa tienen mayor riesgo, así como el bajo
consumo de frutas y verduras. Se recomienda una dieta alta en tomates, cítricos, soya y cereales, ya que pueden comportarse como factores
protectores para el cáncer.
–Sedentarismo: la falta de actividad física regular y un peso inadecuado pueden favorecer su aparición.
-Abuso del alcohol .
-Exposición a contaminantes químicos.
-Edad.
-Antecedentes familiares: hijos o hermanos de un hombre que haya tenido cáncer de próstata, particularmente si se presentó en edades tempranas. Por ejemplo: si su padre tuvo cáncer de próstata antes de los 50 años, su riesgo es dos veces mayor, pero si tiene otro familiar además de su padre, el riesgo aumenta siete veces.
-Raza: es más frecuente en hombres de raza negra.
Síntomas y signos del cáncer de próstata
El cáncer de próstata en sus fases iniciales no produce síntomas, estos suelen aparecer cuando se trata de una enfermedad avanzadas, incluso se pueden encontrar en algunos pacientes, pero no son exclusivos del cáncer de próstata; es decir, con frecuencia se asocian con otras enfermedades:
Dificultad para orinar.
Sangre en la orina.
Sangre en el semen.
Dolor al eyacular u orinar.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del cáncer de próstata se realiza por medio de una biopsia. Dicho examen puede estar recomendado cuando hay alteraciones en el tacto rectal o en el antígeno prostático (PSA). En Colombia, se recomienda ofrecer a los pacientes mayores de 50 años que consultan al médico los exámenes para la detección del cáncer de próstata (antígeno prostático y tacto rectal), incluso si acuden a consulta por otras causas. Este examen se puede realizar anualmente.
Tacto rectal
Se realiza en el consultorio médico, no requiere anestesia ni preparación en especial, evalua algunas características como el tamaño y la dureza. No es un examen doloroso, puede ser ligeramente incómodo y puede ser tolerado por cualquier hombre en edad adulta.
Antígeno prostático específico (PSA)
Es una proteína producida en la próstata. La medición de los niveles del antígeno prostático se hace en una muestra de sangre que se toma en el laboratorio, puede verse afectado el resultado por Infecciones y otras enfermedades de la próstata, Instrumentación reciente o biopsias previas de la próstata, Eyaculaciones recientes.
El antígeno prostático se considera normal cuando su valor según la edad es inferior a los rangos de referencia, sin embargo debe ser evaluado por el medico para evaluar las posibles causas de su incremento pues no es exclusivo del cáncer de próstata.
El PSA tambien puede servir como herramienta para evaluar la respuesta a los tratamientos instaurados en pacientes con cáncer de próstata; por eso, si usted ha sido diagnosticado con cáncer de próstata se le hará seguimiento con este examen.
Biopsia
Cuando con base en el resultado del PSA y del tacto rectal se concluye que se debe practicar una biopsia, esta se realiza a través del recto. La ecografía transrectal permite al urólogo escoger los lugares de la próstata donde puede tomar las muestras que serán evaluadas por un patologo quien determina si tiene o no cáncer de próstata.
La biopsia generalmente se realiza de manera ambulatoria, puede ser incómoda, pero usualmente no muy doloroso, pero es fundamental para descartar un cáncer de próstata.
Después del procedimiento es normal tener dolor en la región perineal, algo de sangre en la orina, el semen o la materia fecal; no es normal la presencia de fiebre o sangrado abundante; si se presentan estos sintomas debe consultar a su médico.
El patólogo utiliza una medida que se denomina escala de Gleason que permite establecer qué tan agresivo es el tumor y orientar la decisión sobre el tratamiento.
Exámenes complementarios
Para evaluar la extensión del cáncer de próstata existen diversos exámenes como:
Tratamiento
Los tumores malignos de la próstata pueden tener comportamiento biológico diferente, es decir, su capacidad de hacer daño al paciente puede variar por lo que se deben evaluar los síntomas de la enfermedad, el valor del antígeno prostático específico, el estadio clínico y la calificación de Gleason.
El cáncer de próstata es una enfermedad que usualmente presenta una evolución y progresión lentas y existen varias opciones de tratamiento de acuerdo a las condiciones particulares del paciente y su enfermedad.
Vigilancia activa
Se usa en lesiones de bajo riesgo donde se espera verificar si hay la progresión de la enfermedad. Para ser incluido en un proto-
colo de vigilancia activa se debe cumplir de manera estricta un esquema de seguimiento, que incluye la repetición de la biopsia inicial, examen de antígeno prostático inicialmente cada tres meses, examen físico incluyendo tacto rectal cada tres meses y biopsia prostática cada año. Es una estrategia de manejo inicial que requiere una alta responsabilidad del paciente para su autocuidado y una alta accesibilidad al servicio de salud disponible para no alterar el seguimiento, del cual depende el éxito de esta opción. Con esta modalidad de manejo diferido se pretende aplazar el inicio de tratamiento sin poner en riesgo la posibilidad de curación de su enfermedad.
Prostatectomía radical
Consiste en la remoción o extracción completa de la próstata en conjunto con las vesículas seminales, esta cirugía se puede realizar de diferentes formas, la más común es la prostatectomía abierta retropúbica, que se realiza del ombligo hacia abajo o transversa en el área púbica. Una alternativa es la prostatectomía laparoscópica asistida por robot, que, a diferencia de la anterior, se lleva a cabo a
través de tres a cinco incisiones de menos de 2 cm, que facilitan la introducción de instrumentos que permiten remover la próstata por estas pequeñas incisiones.
El objetivo de la prostatectomía radical es la remoción completa de la próstata, lo cual implica que una vez retirada esta, se debe reconstruir la vía urinaria, que pierde su continuidad al ser extraída la próstata. Por esta razón, durante el postoperatorio inmediato usted deberá tener un sistema de drenaje de los líquidos extravasados al abdomen, que se retira antes de salir del hospital, y un catéter, tubo o sonda urinaria que permite que la orina drene desde la vejiga al exterior, mientras los tejidos reconstruidos cicatrizan adecuadamente. Este catéter permanece puesto entre 7 y 18 días, dependiendo de la técnica quirúrgica, por lo cual seguramente usted será dado de alta con este catéter urinario y se le retirará en consulta posteriormente.
La prostatectomía, por sus características, es el tratamiento más agresivo para el cáncer de próstata y se considera el estándar contra el cual deben ser comparados los demás tratamientos, por cuanto es el que alcanza los mayores índices de curación.
Si la enfermedad está limitada a la próstata, la posibilidad de recurrencia del cáncer a 15 años es menor del 30%. Si es de riesgo intermedio o alto, es probable que exista extensión de esta a los ganglios o tejido linfático de la pelvis; por ello, al mismo tiempo que se realiza la remoción de este tejido linfático.
La prostatectomía radical puede dejar algunas secuelas por ejemplo se pierde la eyaculación, es decir, durante las relaciones sexuales no habrá salida de semen, lo cual implica que será estéril. La erección perderá rigidez en mayor o menor proporción, y esto depende entre otras cosas de la calidad de su erección y edad actual, entre mayor sea su edad y más deteriorada esté su erección, la prostatectomía radical lo afectará aún más.
Menos del 10% de los pacientes pueden presentar pérdida involuntaria de orina o incontinencia relacionada con los esfuerzos, la mayoría de las veces es mínima
Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento para el cáncer que usa rayos de alta energía para matar las células cancerosas y evitar que se extiendan a
otras partes del cuerpo. La radiación puede curar, detener o evitar que el cáncer de próstata crezca rápidamente; o reducir los síntomas, como el dolor, cuando no es posible curarlo.
La radiación utilizada para el cáncer de próstata puede venir de máquinas especiales que mandan dosis fijas de radiación a su próstata desde afuera de su cuerpo (radioterapia externa), o de pequeñas semillas radioactivas que mandan dosis fijas de radiación a su cáncer de próstata desde adentro de su cuerpo (radioterapia interna o braquiterapia).
A la mayoría de hombres que reciben radioterapia para el cáncer de próstata se les administra radioterapia externa, en la cual una máquina dirige los rayos de alta energía al cáncer de próstata y una pequeña cantidad a los tejidos sanos alrededor. La radiación externa generalmente se le administra ambulatoriamente en sesiones que pueden ir en número de 30 a 40, según el caso.
La próstata y el cáncer de próstata han demostrado una alta sensibilidad a la radiación, por tanto, este se ha convertido en un tratamiento muy utilizado. Sus tasas de curación a diez años alcanzan el 70%
A diferencia de la cirugía, el paciente tratado con radioterapia conserva la próstata, y el objetivo del tratamiento es que no se desarrolle nuevamente tejido tumoral.
La radioterapia presenta menos efectos que la cirugía para las vías urinarias, pero hay una baja posibilidad de metástasis, una menor tasa de curación a largo plazo y la necesidad de un seguimiento más complejo que el necesario para los pacientes llevados a cirugía.
Respecto a la función sexual, la radiación produce menos efecto sobre la erección que la cirugía, su efecto tóxico es progresivo y lento.
Hormonoterapia
La próstata y el tumor cancerosos requieren para su crecimiento la presencia de la hormona masculina producida por los testículos en su mayor proporción, conocida como testosterona. Por esta razón, cuando un paciente es sometido al retiro de los testículos mediante una técnica quirúrgica conocida como orquidectomía, o cuando mediante el uso de medicamentos se bloquea la producción de esta hormona o se bloquea su efecto en los órganos en los que ella realiza su efecto, se logra detener la progresión del cáncer durante un tiempo sin
llegar nunca a la curación. Por esta razón, la hormonoterapia se ha utilizado con buenos resultados en pacientes con cáncer de próstata avanzado para aliviar sus síntomas, mejorar sus condiciones generales y la calidad de vida. En pacientes que aún tienen posibilidad de curación se ha utilizado sumada a otras alternativas de manejo, como la radioterapia.
Existen muchos medicamentos disponibles que buscan el bloqueo de la producción de la testosterona o los efectos de esta en diferentes órganos; dicho manejo con medicamentos, a diferencia de la orquidectomía, tiene la ventaja de ser reversible.
La hormonoterapia no tiene intención de curar, su tiempo de uso es indefinido, y aunque la respuesta inicial siempre es buena y prolongada, es posible que los esquemas de tratamiento varíen de acuerdo con su condición específica.
Quimioterapia
Consiste en el uso de medicamentos que destruyen el material genético de las células, las proteínas necesarias para su multiplicación o las sustancias necesarias para su nutrición, logrando promover la muerte anticipada de los tejidos enfermos, es decir, los tumores malignos Desafortunadamente, la quimioterapia en cáncer de próstata no ha tenido los resultados de curación que se han observado en otros tumores y por ello su utilización hoy en día queda limitada a pacientes que no responden a la hormonoterapia.
Son diferentes los tipos de medicamentos de uso posible y las opciones deben ser discutidas con un médico especialista en oncología clínica, quien tomara en cuenta el estado de salud general; Probablemente la primera opción que le será planteada, de ser candidato a quimioterapia, es el uso de doxetacel, asociado con prednisona, los cuales se suministran a través de una vena en dosis e intervalos definidos como ciclos.